Hoy, una vez más, la jornada nos invita a la reflexión, que proponemos como un sinceramiento profundo que siempre hemos procurado volcar en esta página.
El problema de la experimentación animal tiene un peso que no logramos ponderar del todo y, como una sustancia informe, se nos escapa constantemente de las manos. En algunos momentos de nuestra historia, en permanente reescritura, abordar el tema desde un espíritu radical nos condujo a querer señalar con el dedo a personas e instituciones específicas y quemar laboratorios con el fin de “terminar al fin con todo”. Pero nos preguntamos, ¿en todo eso cuánto no hay de narrativa de salvador (blanco) y un posicionamiento intransigente, también tal vez un poco idealista, del antiespecismo? Sin ofender al Frente de Liberación Animal que, algo irónicamente, es nuestro héroe en todo esto.
Por otro lado, abordar este tema desde un enfoque academicista hace tiempo terminó por agotarnos o angustiarnos por la discrepancia que sentimos entre la fecundidad del pensamiento y cierta infertilidad de la acción en terreno. ¿Cuánta más tinta se necesita seguir dedicándole al problema y, a la vez, de qué serviría dejar de escribir, reflexionar y debatir? Nuestras heroínas también están de este lado.
Decidimos escribir este texto desde este enfoque porque la indecisión, la ansiedad, la angustia, el arrojo y el hartazgo son humanos, y creemos que lo humano en todo este tema en ocasiones pierde un aspecto que quisiéramos poner de relieve. A nuestro entender, los humanos y otros animales están profundamente involucrados en la experimentación animal no como el reverso uno del otro, no como entidades que desempeñan papeles estancos, no como meras construcciones irreconciliables y al otro lado uno y otro del espectro.
Lo que hay detrás de la experimentación animal es una larga historia donde el poder y el saber han participado de manera fundamental; el primero, como la sangre que circula por amplias arterias y otras más capilares (acá y allá en el tiempo y el espacio), mientras que el saber se fue modulando con el paso del tiempo, incluso aprendió a cuestionarse –aunque con ciertos límites–, así como se asoció en el último tiempo a la tecnología al punto de imponer el imperativo de vivir más, negar la enfermedad, la muerte, el dolor y el duelo que, sin embargo, nos son constitutivos como animales humanos que somos. Por supuesto, nuestra lectura es un poco rápida, no todas las vidas humanas importan tanto tampoco.
¿Y qué pasa con los demás animales en la investigación? Pues se tienen menos reparos sobre ellos, aunque tampoco son meras construcciones. Así lo llegamos a pensar, pero eso sería negar su tridimensionalidad aún cuando la mayoría de ellos nos sean desconocidos, con biografías y subjetividades reales pero anónimas para el mundo. Sin embargo, y ante la negación de pensarlos únicamente como instrumentos o víctimas de la ciencia, notamos que entenderlos como agentes de su propia liberación también podría implicar algunos inconvenientes porque eso nos retiraría del escenario.
Los humanos no tenemos que ser los protagonistas de la escena para poder participar en ella. De hecho, es una responsabilidad que debemos asumir por lo que, como especie, (les) hemos hecho y porque la liberación que anhelamos es común, para todxs. No somos científicxs, así que cerramos este texto mencionando algo a lo que la mayoría de nosotrxs puede acceder. Para quien se pregunte “¿y yo qué puedo hacer en el tema de la experimentación animal?” proponemos:
- Aprender sobre el especismo. Adonde mires, hay personas que, sin saberlo o sospecharlo del todo, actúan y reproducen discursos en función de este orden social que nos informa un tipo de realidad donde la especie humana aparece como suprema. El especismo se puede y necesita aprender a mirar, pensar y combatir en comunidad.
- Aproximarse a la experimentación animal entendiéndola como una rama del especismo. Vacas acá, pero ratones albinos por allá, pero ratas “callejeras” más allá, junto con las palomas, pero los perros más acá. Humanos con jerarquías estratégicas, división del trabajo científico funcional. ¿Por qué y para qué? Modelos animales, resúmenes no técnicos, ciencia de la experimentación animal y técnicos de bioterio son algunos términos que tal vez quieras investigar para comenzar.
- Ser parte de las personas, los grupos, las comunidades de humanos que colaboran para que la vida de numerosas vidas roedoras (en Argentina, por lo menos) valgan la alegría de ser vividas. El cuidado –especialmente, en clave ecofeminista– al que se abren los tránsitos y las adopciones de ratas y ratones libres de la experimentación* representa una valiosa experiencia del presente compartido, así como una herramienta y una inmensa lección para otro mundo que poco a poco se está gestando en el compost de este que se está acabando.
Hoy y siempre, liberación animal.
#SHACArgentina
*Imprescindibles @teamratas.ong y @rescatando_andoo